El color de tus encías dice mucho

Las encías sanas son de color rosa clarito o coral (un poco más intenso), aquellas que tienen un tono blanquecino, enrojecido o amoratado, pueden ser un indicador de enfermedad o infección.

Ante cualquier cambio o anomalía en la coloración de las encías, debemos acudir al dentista para diagnosticar si existe un problema y seleccionar el tratamiento adecuado.

Si el color de las encías tiene un tono pálido o blanquecino, suele ser señal de una gingivitis, pero también puede indicar niveles bajos de hierro en sangre. Si en cambio el color predominante es el morado, se trata de los casos más graves de gingivitis, y si el color predominante es rojo brillante y además están inflamadas y sangran, es síntoma de gingivitis que si no se trata a tiempo puede llegar a causar la pérdida de piezas dentales.

Otra de las cosas que puede ocurrir es la aparición de manchas blancas. Si estas desaparecen al pasar una gasa, seguramente se trate de candidiasis oral (una infección que suele afectar a personas con las defensas bajas). Estas manchas también pueden deberse a una llaga causada por causas hormonales o déficit de vitaminas o minerales… Si tarda más de 21 días en curarse, puede tratarse de una lesión precancerosa.

En las personas que consumen tabaco es muy común el ennegrecimiento de las encías, denominado melanosis del fumador. Para solucionar este problema normalmente es suficiente dejar de fumar.

Como hemos visto, el cambio de color en las encías puede ser síntoma de enfermedades que normalmente van más allá de la salud bucal, por lo que es necesario acudir a un especialista si detectamos algún cambio en la coloración de las encías.