¿Existen numerosos tipos de saliva? ¿Eso afecta al número de caries?

La saliva es un líquido transparente formado por un 99% de agua y un 1% de otros componentes orgánicos e inorgánicos. Entre las propiedades que tiene la saliva está favorecer la digestión y proteger los dientes. Las glándulas salivales protegen la cavidad bucal de muchas infecciones segregando la saliva. Además, esta ayuda en el proceso digestivo de los alimentos. Esta hace que lo que ingerimos pase de la boca al estómago sin dañar el esófago mediante una segregación viscosa que ayuda a que los alimentos resbalen por la garganta y comience el ciclo digestivo.

Según el paciente, existen diferentes tipos de saliva según el porcentaje de componentes de esta:

• Saliva serosa: producida por la glándula parótida. Es la única saliva puramente serosa, una secreción fina y acuosa rica en amilasa salival con un volumen menor de la mitad del volumen total secretado.
• Saliva mucosa: producida por las glándulas menores. Esta es muy espesa. Las glándulas salivales la producen para proteger las mucosas cuando consumimos alimentos ácidos como limón o salsas picantes que pueden ser agresivos para nuestro gusto.
• Saliva mixta: proviene de las glándulas salivales mayores y menores que aportan diferentes tipos de saliva y que estos a su vez contienen diferentes componentes mezclados con otros como: el fluido crevicular, restos celulares y microorganismos.

Otra de las funciones de la saliva es la capacidad de diluir los azúcares de los alimentos. Esto ralentiza el proceso de formación de caries dentales y contribuye al refuerzo del esmalte, así como a la mineralización de los dientes.

La función de la saliva frente a las caries tiene relación con cuatro aspectos fundamentales: como comentábamos anteriormente: efecto de barrido   y dilución de los azúcares y otros componentes, ¿equilibrio desmineralización?, remineralización y acción antimicrobiana y capacidad tampón.

La relación directa existente entre el tipo de saliva y las caries tiene que ver con el pH. A menor cantidad de saliva el pH de la boca será probablemente más bajo por lo que el riesgo de caries será más rápido y sencillo.