La obesidad, un problema ‘gordo’ para la salud bucal

España es uno de los países europeos con unas tasas más altas de obesidad, con una tendencia creciente en los últimos años.  Para combatir este problema de salud la alianza de una adecuada nutrición y una buena salud bucodental es fundamental.

En este momento hay más 650 millones de personas con obesidad en el mundo y las muertes directamente relacionadas con la misma se acercan a 3 millones al año. Son cifras que deben preocuparnos y ocuparnos, ya que esta pandemia también se va extendiendo a un ritmo acelerado
sin que se tomen medidas eficaces para pararla y revertirla.

El problema aún es mayor si se tiene en cuenta, por ejemplo, que la obesidad se asocia con una gran cantidad de comorbilidades: se asocia fuertemente con la diabetes tipo 2  y con una mayor  prevalencia de determinados tipos de cáncere así como una mayor incidencia problemas cardiacos, articulares, respiratorios, digestivos, de fertilidad,  etcétera… Además, la probabilidad de tener complicaciones tras una infección por COVID-19 es mucho mayor en obesos. 

Comer bien mejora la salud de tu boca

La nutrición determina, sin duda, la salud bucodental. Una mala alimentación, que es muy común en las personas obesas, genera problemas bucodentales. Y hay eevidencia científica de que las personas que sufren obesidad son más propensas a desarrollar periodontitis porque tienen mayores niveles de marcadores de la inflamación que pacientes en normopeso.

Pero, además, cada vez existen más evidencias que relevan los numerosos efectos sistémicos de la salud periodontal, impactando sobre enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la obesidad. Existe cada vez más evidencia científica de que la salud periodontal puede ser un factor que se
relaciona con las enfermedades cardiovasculares, incluso con la obesidad.

Los malos de la ‘peli’

Ante esta situación, se ha establecido por parte de la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) una cruzada contra el consumo de azúcares refinados y, por ejemplo, para prevenir la obesidad infantil recomienda limitar las bebidas edulcoradas y las comidas ultraprocesadas. Este es uno de los males que se asocian a la llamada dieta occidental, que se caracteriza también por un consumo habitual y en exceso de carnes rojas, alimentos procesados, grasas saturadas, azúcares refinados y poca o muy poca ingesta de vitaminas y fibra (fruta y verdura).

Este régimen alimenticio se ha extendido gracias a la gran disponibilidad de los productos alimenticios ultra procesados a precios muy bajos y con grandes estrategias de marketing. Se la conoce como “occidental” porque fue aumentando en los países más desarrollados, frente a la más natural de los países orientales, como China y Japón, a base de frutas, verduras y pescado, aunque su dieta también se ha occidentalizado con los años. Ahora se sabe que la dieta occidental debilita nuestro sistema inmune y está relacionada no solo con la obesidad sino también con otras enfermedades inflamatorias crónicas.

Muchas veces hay determinados mensajes que consiguen un cambio de hábito; las personas cambian de hábito en ocasiones por temas que les preocupan y puede ocurrir que una familia se motive más con proteger sus dientes con una dieta sana que por el peligro de ganar unos kilos. En cualquier caso, lo que está claro es que una nutrición saludable ayuda a tener una buena salud bucodental y también previene la obesidad.