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Pierde el miedo a la anestesia en Odontología
27 Ene 2025

Muchos pacientes sienten dudas, miedo y ansiedad por los procedimientos dentales, especialmente cuando requieren anestesia. Entre un 15-30% de los pacientes sufren algún grado de ansiedad dental. Para muchos, esta ansiedad se debe al miedo al dolor y, por eso, comprender cómo funciona la anestesia dental puede ayudar a hacer las vistas al dentista más llevaderas.
La anestesia se utiliza para proporcionar una pérdida sensorial temporal que permita la realización del tratamiento dental indicado sin causar dolor al paciente. Algunos de los medicamentos utilizados funcionan para reducir la ansiedad y/o el nivel de consciencia, mientras que otros se usan para minimizar el dolor y la incomodidad durante un procedimiento. Estos anestésicos se presentan en diversas formas, desde inyecciones locales sencillas para el adormecimiento de áreas específicas hasta anestesia general avanzada para inducir un sueño profundo.
Tipos de anestesia
Son tres los principales tipos de anestesia dental: anestesia local, sedación (inhalatoria o intravenosa) y anestesia general.
Anestesia local, una elección común para todas las edades
Suele ser la opción más empleada en la mayoría de los procedimientos dentales que requieren anestesia, tales como el tratamiento de caries, endodoncias, limpiezas dentales profundas, colocación de implantes o cirugías bucales. La anestesia local se aplica en la zona de la boca a tratar, dejándote consciente y capaz de comunicarte con el odontólogo. La anestesia local surte efecto rápidamente y, una vez que se activa, esa zona se adormece y los receptores del dolor dejan de funcionar. Esto elimina todo el dolor y la incomodidad durante varias horas.
Esta anestesia local puede administrarse de dos formas: tópica o mediante una inyección.
- Inyecciones: estos anestésicos se administran con una aguja y se inyectan directamente en la parte de la boca que se va a tratar. Existen dos tipos de inyecciones anestésicas que se usan comúnmente:
- Anestesias tronculares: cubren una región completa de la boca, sus efectos son, por tanto, profundos y varias horas. Es esa anestesia que una vez realizada dificulta incluso hablar adecuadamente o beber agua. Se usa sobre todo en extracciones, endodoncias o empastes a nivel de los molares inferiores.
- Anestesia infiltrativa: adormecen un área mucho más pequeña, solo el área que rodea el lugar donde se aplicó la inyección. Esta técnica es menos duradera, más superficial y se usa en la mayoría de los procedimientos odontológicos que generan molestias, como limpiezas, empastes, extracciones (salvo si son molares inferiores) o cirugías poco invasivas debido a su buen funcionamiento y sencillez.
- Tópica (mediante geles o sprays): este tipo de anestesia solo permite adormecer de manera muy superficial los tejidos blandos de la boca (como la encía o el carrillo), no permitiendo la anestesia del diente propiamente dicho. Muchas veces este tipo de anestesia es aplicada en la zona a tratar antes de recibir la anestesia local inyectada. Los anestésicos tópicos comunes son benzocaína y lidocaína.
Sedación, aliviando la ansiedad del paciente
La sedación es un término amplio que se refiere a la administración de sustancias que ofrecen un efecto calmante en todo el cuerpo durante el procedimiento dental. Los profesionales de la salud bucodental utilizan la sedación para tratar la ansiedad dental, reducir el dolor o ayudar a los pacientes a permanecer relajados durante procedimientos dentales. Se suele indicar en pacientes con odontofobia y/o en pacientes que van a ser sometidos a una intervención larga, como puede ser una cirugía compleja. Puede administrarse por vía:
- Vía inhalatoria: consiste en la administración, a través de una mascarilla nasal, del gas óxido nitroso (N2O). Es un gas con propiedades anestésicas, analgésicas y disociativas, incoloro, casi inodoro y con un ligero sabor dulce. Es conocido comúnmente como “gas de la risa” o “gas hilarante”. Gracias a este tratamiento se consigue un estado de confort, pero sin que puedas perder el contacto con tu dentista. Si respiras normalmente, sentirás los efectos del gas en cuestión de minutos, sus efectos aparecen rápidamente y también desparecen en un corto espacio de tiempo, siendo su administración segura y eficaz durante el tratamiento dental. Está indicado, por tanto, en procedimientos cortos para mejorar el estado de bienestar durante el procedimiento dental. Puede ser una buena opción para personas con necesidades especiales, reflejos nauseosos graves o para el control de su ansiedad/miedo dental.
- Vía intravenosa: este tipo de sedaciones se pueden realizar en una clínica dental pero siempre bajo la dirección de un médico especialista en anestesia (anestesista), que se desplazará a la clínica dental con todo el equipo necesario para llevar a cabo esta técnica. La sedación puede ser leve, en la que estás consciente y puedes responder; moderada, en la que estás semiconsciente; o profunda, donde apenas estás consciente durante el procedimiento.
Anestesia general, reservada para procedimientos muy específicos
No es el método anestésico más frecuente. Suele estar reservada para situaciones muy específicas relacionadas con algunos tipos de procedimientos en la cavidad oral o en pacientes con necesidades especiales. Suele reservarse también para pacientes con gran dificultad de colaboración.
En este tipo de anestesia se está completamente inconsciente. Los músculos estarán relajados, no sentirás dolor y no recordarás el procedimiento. Existe una diferencia entre la sedación intravenosa y la anestesia general: en la primera uno puede responder y respirar por sí mismo, pero no cuando recibe anestesia general.
Suele ser exclusivo de ámbito hospitalario y este tipo de anestesia no es realizada en consultas dentales. En un hospital se utilizan anestesias generales si un paciente requiere una forma invasiva de cirugía oral, tales como grandes injertos de hueso procedentes de otra parte del cuerpo, cirugía de tratamiento de cáncer oral extensos, cirugías para corregir los defectos de la mandíbula o maxilar (cirugía ortognática) o cirugías de corrección de deformidades orales.
Contraindicaciones y posibles efectos secundarios
La alergia es la única contraindicación absoluta para la anestesia local. Además, la mayoría de las personas no tienen reacciones negativas duraderas por la anestesia local. Sin embargo, como todo procedimiento médico, no está exento de poder tener ciertos efectos secundarios, que suelen ser mínimos, muy poco frecuentes y muchos de ellos transitorios.
Los efectos secundarios temporales y poco frecuentes asociados con los anestésicos locales pueden incluir:
- Hinchazón y hematomas en el lugar de la inyección. Esto suele ser mínimo y se resuelve en un corto período de tiempo.
- Aparición de pequeñas úlceras en el lugar de la inyección. También se suelen resolver rápido.
- Aumento de la frecuencia cardíaca transitoriamente debido al vasoconstrictor.
- Entumecimiento fuera de la zona en que se aplicó. Esto puede afectar a la apariencia del rostro durante algunas horas. Puede impedir parpadear correctamente y otros movimientos faciales. El efecto desaparece una vez se disuelve el efecto del anestésico.
- Lesión nerviosa debido a que la inyección toca un nervio. Esto puede provocar dolor y entumecimiento que dura varias semanas o meses hasta que el nervio se cura. Suele ser una complicación muy rara.
En cuanto a la sedación, algunos de los posibles efectos adversos incluyen náuseas o vómitos, mareos y dolores de cabeza. En la mayoría de los casos, la anestesia general conlleva un mayor riesgo de efectos secundarios. Antes de su procedimiento, el profesional te explicará los posibles riesgos según su plan de tratamiento individual.