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Vacunas para la caries: entre lo deseable y lo imposible

El papel que juegan las bacterias en el desarrollo de algunas enfermedades bucodentales, como la caries o la periodontitis, hacía albergar esperanzas sobre la posibilidad de contar, en algún momento, con algún tipo de vacuna. Sin embargo, los expertos consideran altamente improbable el cumplimiento de este deseo.

22 Nov 2022

Las bacterias resultan cruciales en el desarrollo de caries, generando los ácidos que desmineralizan el esmalte; en la periodontitis, son las que inducen la inflamación de las encías; y en la halitosis, son las que producen los compuestos volátiles que generan mal olor.

Ahora bien, las bacterias, por ellas mismas, no causan estas enfermedades. Hace falta un factor desencadenante que, por ejemplo, en el caso de la caries es la ingesta de azúcares y en la periodontitis es la acumulación de placa dental por una mala higiene oral. Y luego existen los factores genéticos de cada individuo (el sistema inmune o la cantidad de saliva que se produce), que condicionan la enfermedad. Así que cuando se juntan las bacterias con los factores externos (dieta, higiene) y los internos (genéticos) se genera una ‘tormenta perfecta’ que desencadena la enfermedad. Por ello, como recomienda el Dr. Alejandro Mira, jefe del Grupo de Microbioma Oral de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica (Fisabio) de la Comunitat Valenciana, “hay que cuidar estos tres aspectos de forma integrada”.  

La caries está considerada como la enfermedad infecciosa más extendida del mundo, ya que afecta o ha afectado al 80-90% de la población

Dificultades a superar

Y es que, como aclara este experto, que es referencia mundial en la investigación de los microorganismos existentes en la cavidad oral y su material genético, no estamos ante enfermedades infecciosas propiamente dichas”. Como ejemplo, indica que “si uno bebe agua con Vibrio cholera o se come una ensaladilla con Salmonella, puede contraer cólera o salmonelosis, porque no tenía previamente esas bacterias en el cuerpo; es decir, se ha infectado con ellas. Lo que muestran nuestras investigaciones es que hasta las personas que nunca han tenido sangrado gingival o que nunca han tenido caries tienen las bacterias que lo causan: es lo que yo llamo tener al enemigo en casa”.

Así que no se trata de eliminar a estas bacterias, sino que es más bien una cuestión de equilibrio. “Esto lo hace más difícil, porque una vacuna o un antibiótico no van a funcionar; de lo que se trata es de fomentar las bacterias beneficiosas y mantener a raya a las perjudiciales. Y vamos teniendo cada vez más herramientas para hacerlo”, afirma el Dr. Alejandro Mira.

La clave para que una vacuna contra la caries no funcione es porque cada caries tiene una composición distinta de bacterias

Una vacuna ¿imposible?

Uno de los principales obstáculos para poder desarrollar con éxito una vacuna contra la caries es que no todas las personas con caries tienen las mismas bacterias,“ahí está la clave para que una vacuna contra la caries no funcione: cada caries tiene una composición distinta de bacterias”.

Durante casi 100 años se ha pensado que el Streptococcus mutans era el causante principal de la caries, y ahora se sabe que solo supone el 1% de las bacterias presentes en lesiones de caries. “Esto explicaría por qué las vacunas contra la caries no han funcionado en los ensayos clínicos y, seguramente, nunca vayan a funcionar, ya que no existe una única diana a la que atacar. Por eso decimos que la caries, la periodontitis y la halitosis son enfermedades polimicrobianas y no enfermedades infecciosas normales que podamos tratar con una vacuna”, señala el Dr. Mira.

Durante décadas ha habido estrategias de inmunización activa (una vacuna) y pasiva (aplicación de anticuerpos), pero todas han fallado. El problema es que se eligió como diana la bacteria que se pensaba era “la única causante” de la caries, y lo que se ha constatado ahora es que hay decenas de estas bacterias que, además, varían entre individuos y que encima están presentes en la mayoría de las personas sin enfermedad (aunque en baja proporción).

Por ello, la tendencia actual a nivel mundial está en tratar de restablecer el equilibrio de la placa dental, no en eliminar las bacterias de la boca esterilizándola, que ya sabemos es inútil y, además, contraproducente. Para ello, el cepillado ayuda, porque se favorecen bacterias aerobias y beneficiosas. Según destaca el Dr. Mira, “el cepillado es fundamental: las personas que se cepillan los dientes dos veces al día tienen menos caries que las que lo hacen una vez,…y que tres veces es mejor que dos”.

La tendencia actual a nivel mundial está en tratar de restablecer el equilibrio de la placa dental

La esperanza

Ante las dificultades para obtener una vacuna frente a la caries, el investigador de Fisabio sitúa el esfuerzo preventivo en otro foco. La mayor esperanza son los prebióticos y probióticos. Los probióticos son las bacterias beneficiosas, aplicadas vivas en personas que no las tengan; es una idea similar a los bifidus del intestino. Por su parte, los prebióticos son nutrientes que favorecen a las bacterias beneficiosas, como los existentes en algunas verduras y frutas, es decir, funcionarían como un fertilizante bacteriano para aquellos microorganismos que mejoran la salud oral”.

El Consejo General de Dentistas otorgó en 2019 el Premio «Juan José Suárez Gimeno, de Fomento de la Salud Oral» al Dr. Alejandro Mira, gracias a su descubrimiento de la bacteria Streptococcus dentisani como probiótico contra la caries dental. Esta bacteria actúa como un ‘escudo’ contra las bacterias que provocan caries, ya que produce una sustancia que las inhibe y evita su aparición. Una vez patentado el uso de esta bacteria como producto anticaries, el equipo investigador está estudiando la manera idónea que permita utilizar la bacteria como un probiótico.

Hay una empresa tratando de incluirlo en una pasta de dientes. “Lo ideal -como indica el Dr. Mira- es que haya una forma de aplicación como barniz o gel bucoadhesivo que lo aplique el profesional, y otra forma como tratamiento de mantenimiento que sea más asequible y se pueda poner en casa, bien como comprimido masticable o en pasta de dientes”.

El avance resulta especialmente trascendental si se tiene en cuenta que la caries está considerada como la enfermedad infecciosa más extendida del mundo, ya que afecta o ha afectado al 80-90% de la población. Esta no solo provoca pérdida de dientes o dolor, sino que una mala salud bucal influye sobre otras enfermedades sistémicas, como puede ser el cáncer de esófago y estómago, e incluso enfermedades cardiovasculares.